jueves, 3 de mayo de 2012

Estiremos... abdominales.


Tanto antes de comenzar cualquier tipo de ejercicio como al finalizar el mismo, es necesario realizar estiramientos de los músculos que vayamos a ejercitar. De esta forma podemos prevenir lesiones si lo hacemos antes como para evitar agujetas y tirones y relajar la musculatura cuando lo hacemos después del ejercicio. Normalmente nos olvidarnos de estirar los abdominales, un estiramiento que debemos realizar aunque no hayamos entrenado específicamente dichos músculos, para de ese modo mantenerlos fuertes y tonificados.

Como estiramos los abdominales:

- Pared abdominal, nos tendemos bocabajo y colocamos las manos a la altura del pecho, quedando los codos  separados del suelo.

El cuerpo estará recto y las piernas deben permanecer estiradas y relajadas. Elevamos el tronco hacia arriba, sin despegar las piernas del suelo, estirando los brazos y echando la cabeza ligeramente hacia atrás, en una postura parecida a la “cobra” de yoga. Mantenemos la posición unos minutos mientras respiramos fluídamente manteniendo nuestra conexión abdominal y nos relajamos volviendo a la posición inicial. Aunque es importante notar que se estiran los músculos, no debemos forzarlos en ningún momento.

- Abdominales oblicuos: tumbados bocarriba en el suelo, con las piernas estiradas y relajadas. Con nuestra espalda neutra colocamos el brazo derecho por encima de la cabeza, para después girar el tronco hacia el lado izquierdo, de modo que estiremos toda la parte del brazo que tenemos hacia arriba. Mantenemos la posición unos segundos para que el estiramiento sea efectivo respirando de forma fluída y sin soltar las conexiones, volvemos a la posición inicial y repetimos el ejercicio con el lado izquierdo del cuerpo. Al igual que en el caso anterior, no forzaremos la postura en ningún momento.

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